sábado, 9 de junio de 2012

Terrible Enfermedad

Aquí mi segunda publicación en Acento.


http://www.acento.com.do/index.php/blog/4703/78/Terrible-Enfermedad.html




Particularmente, yo que soy una mujer de estos tiempos, de las que quiere abarcarlo todo, fallar lo menos posible y cumplir con cada una de las tareas que contribuyen con el éxito del  “semi-organizado” universo del cual participo, he podido notar que el momento de escribir, el cual antes tenía un tiempo y un lugar,  ha ido quedando obligado a los espacios que sobran del día. Y como más que un pasatiempo, es el escribir una necesidad personal, como un niño malcriado hace pataletas acompañadas de gritos, en momentos inesperados para así hacerse sentir. Hasta el deseo de escribir se subleva ante la velocidad de los días.

Teniendo pues estas palabras introductorias, quisiera traer a materia las tantas veces que he criticado a Billy (mi amigo personal*, Collins) por su incomoda e incomprensible adicción a las madrugadas… Pero ¿A que no saben qué? Estoy sufriendo de lo mismo!  Para mí, que siempre he amado las mañanas para adornarlas con mi sueño, es una enfermedad el querer escribir a estas horas. Mal que consiste en dos claros síntomas y diversos efectos secundarios.

El primer síntoma es haber crecido. Sí, dejemos de esconderlo: la edad. Con el camino a la añorada y nunca alcanzada adultez, te va resultando más fácil la tarea de despertar temprano. Luego, como segundo síntoma, tiene que existir el peso de la palabra en la mente, los paseos de las frases testarudas que interrumpen los sueños. Por último, tomado este tercer hecho como primer efecto secundario y a la vez como engrudo, al abrir los ojos descubres al duende que ha paseado entre tu cabeza y la almohada y ha bordado con hilos invisibles las ideas aisladas que en un principio te despertaron. Te levantas, tomas la libreta y escribes. En la mañana aun oscura y rodeada de silencio.

Entonces mi querido Billy, con pesar lo admito, estoy contagiada.

*Obviamente no soy amiga de Billy Collins… Se convierte en mi amigo cada vez que escucho su voz al leer sus poemas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario