martes, 11 de septiembre de 2012

Cartas a Julio (1)


Querido Julio:
Este aeropuerto está lleno de personas mal educadas.
Las normas básicas de la convivencia entre humanos  les ha pasado –al parecer– por encima de las gorras que miran al pasado con recelo. Un molesto sonido, repetitivo, como un gemido erótico,  proveniente de alguna promiscua grabación radial, les hace reir… Y todos, los de alrededor, estamos utilizando hace un buen rato el vestido de la vergüenza ajena, frente a los padres que tapan los oídos a sus hijos.
Quisiera ponerme de pie y pedirles que apaguen su reproductor de música/sonido/ruido, que utilicen, por favor, sus audífonos, ahora colgados en sus cuellos como bufandas, incapaces de cumplir su dual función. Su madre,les mira y se rie, con esa sonrisa de orgullo que solo las madres ejecutan al ver a sus crías, y yo, yo Julio, quisiera de repente reir junto a ellos, no sentirme molesta, invadida, ser sencillamente así.
Quisiera presentarme, decirles mi nombre y ocupar un lugar en su círculo terrestre.
Quisiera también no estar sola en este aeropuerto, pensando, como un viejita, en la mala educación del universo. No sé por qué son tan tristes estos lugares.
Pero al parecer es eso, o pensar en mis sueños, los cuales (no sé si te he contado) son más extraños cada día, y ando, como se puede notar,  huyendo de ellos… ¿Será que podría sentir pasión por un desconocido, solo por haberlo soñando, por crearlo en mi subconsciente y darle un papel protagónico en esos segundos?… ¿Será que podría volverle a ver en algún otro sueño?
No bromeo cuando digo que han sido extraños, mis sueños, en estos días.
Pero tú, Julio,  que todo lo sabes, que has dado respuestas a tantas preguntas que volaban vacías y sin rumbo, tal vez.

*"Cartas a Julio" es una serie de cartas escritas a lo largo de la lectura de la Biografía de Julio Cortázar.