lunes, 18 de junio de 2012

No Hay Cosa más Horrorosa que un Beso Mojado


Publicado en el peródico Acento, el 16 de junio de 2012  http://www.acento.com.do/index.php/blog/4781/78/No-hay-cosa-mas-horrorosa-que-un-beso-mojado.html                                   
Cuántas veces se habrá visto a un ser humano huir del afectuoso saludo de algún amigo querido por el simple hecho de conocerse con los cachetes humedecidos; cuántas veces hemos llegado a un gran círculo de personas sentadas y simplemente hemos articulado un saludo colectivo, por no querer comprobar si existiese en el público algún besador humedecido, o más real, por simplemente ser "ariscos" de raíz o vagos de besos.
Puedo entender si no todos piensan igual, he de asegurar que por lo menos alguna cara se habrá arrugado al haber leído dicho pronunciamiento, pero traten de comprender que finalmente, parte de la belleza de la vida es el poder interactuar con la diversidad de gustos y pensamientos. De hecho contrariamente a mi posición, existen personas adictas a los besos, en cualquiera de sus versiones o estilos: mojados, secos, largos, franceses o de pico, no importa... Tantos, a través, del tiempo han dedicado maravillosas líneas a sus efectos inspiradores, sobre todo a los primeros (aun si tienen sabor a sapo*) o a los nunca se han recibido. Se conoce de la existencia de individuos que consiguen tantos beneficios en los besos regalados, que aceptan con dignidad y alegría aquellos de la categoría cargados de saliva y mocos que proporcionan los infantes. Almas infinitamente piadosas y limpias, sin lugar a dudas.
Pero los abrazos... Los abrazos son diferentes. Aunque también tienen una amplia calificación sobre todo por la duración y la presión ejercida, todos finalmente consisten en la misma acción de cercanía, de total expresión de afecto, de permanencia en el cuerpo del otro. Además algo muy interesante acerca de este tipo de interacción, lo cual es de particular agrado, es el delicado sentido de privacidad que conlleva: Es difícil que se abrace a alguien que no se le tenga confianza, aunque siempre aparece un fresco que se pasa.
Lo mejor de los abrazos es su capacidad de evolución. Mientras la relación va madurando, cualquiera que sea, el abrazo va convirtiendose en una caricia mas duradera, cálida y permanente. Se vuelve más condecendiente y sincero, sin embargo los besos evolucionan al inverso.
Me encantaría leer un poema a un primer abrazo, mejor aún, a alguno que nunca se haya obtenido, con el mismo doloroso y desdichado anhelo de un beso...

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