jueves, 25 de abril de 2013

Ruido


“Se borraron las pisadas,
se apagaron los latidos,
y con tanto ruido
no se oyó el ruido del mar.”

Cuando los temas abarrotan tu mente, cuando hay tanto, tanto ruido, que no puedes deshilachar las ideas, separarlas unas de otras para lograr desarrollarlas dignamente, solo queda una opción… Observar. Y el modo observación equivale muchas veces al silencio de los labios, ese que genera introversiones, pero  activa opuestamente el murmullo interno y las divagaciones.
Muchas veces el silencio es necesario para notar que muchos hablan sin parar, sin sentido, otras veces observamos que somos nosotros quienes no paramos de emitir sonidos absurdos. Hablamos  y gritamos desde que abrimos los ojos junto al sol hasta que el sueño nos vence.
Cuando logramos silencio, tarea infinitamente complicada, nos percatamos de que duelen los oídos de tanto escuchar, de tanto escucharnos.
Temo que las cosas más increíbles sucedan mientras hablamos desenfrenadamente, mientras el bullicio de la vida repetitiva nos disipa de las cosas importantes. Temo que no seamos capaces de maravillarnos por la existencia de los detalles mudos que rondan cada jornada.
Temo un día no soportar el silencio, porque el cuerpo se haya vuelto adicto al bullicio…
En el silencio se crea un lugar íntimo, lugar preciado, donde nos encontramos a nosotros mismos, donde conocemos nuestros verdaderos interiores.
Pero no me tomen a mal, ni seamos radicales, que aunque el silencio es imprescindible para nuestro equilibrio vital y para que estas reflexiones tomen vida, nunca nada más placentero que una buena conversación entre amigos.

Ya Gritamos


Publicado en Acento.com.do el día 30 de marzo del 2013

Que se encienda la magia, susurró un ángel al oído colectivo.
Eran ya las 4:00 y todas esperábamos nerviosas a ser vistas, cuando sin saberlo, la realidad tomaría nuestras intenciones y nos convertiría en espectadoras activas.
Que se encienda la magia y una brisa de tambores despeinó las cabelleras, hizo volar las corbatas de los caballeros, dejándonos alborotados de sentimientos.  No quedaban ya corazas, estábamos todos sinceramente unidos desde la piel, alzando nuestras voces.
Magia, sí, no hay otra palabra para expresar lo que sentimos aquel hermoso sábado,  en el 3er Festival Grito de Mujer, “Mujeres en Grande”. Evento digno, que cada año supera las expectativas de quien asiste. “Qué bueno que vinimos” repetían ya en el lobby, que bueno que vinimos, cantaban nuestros corazones, todos al unísono.
A Jael Uribe, madre que ha parido con sudor su hijo, este festival, las gracias públicas por tan generosa iniciativa. Por el amor a las letras y estar en todo momento acompañada de tu propósito de expandir el arte.  También por la fuerza de seguir adelante, de mantener con vida tus proyectos. Eres un ejemplo de trabajo arduo.
Cada vez que recuerdo aquel mágico dia,  la emoción habita mi corazcorazón.
A los que no fueron, quedan cordialmente invitados a pararse de sus ocupados asientos y regalarse un momento diferente el año próximo, yo particularmente no pienso perdérmelo.

El Baseball y los Víveres


Publicado den Acento.com.do el día 22 de marzo del 2013

El orgullo de ser dominicanos arrastra consigo el peso de lo dual,  el reconocer que de vez en cuando se varía el foco de lo importante y se celebra algo más en paralelo, lo cual generalmente tiene aspectos jocosos. Somos así. Contando con la dicha de ser dominicana, entiendo que esta situación viene de la mano con nuestra tradición de gozarlo todo, de sonreír frente a cualquier situación negativa o de multiplicar las risas en momentos buenos.
Entremos en materia: ¡Ganamos la Mundial! Nada mejor que el deporte para unificar a una nación. Para levantar los ánimos colectivos, para querer ser de nuevo de aquí y borrar por tiempo indefinido las divagaciones de cómo salir corriendo.  Qué maravilloso el sentir que triunfamos,  que somos una mina de excelencia deportiva, logrado así, no solo por bondades genéticas, sino también por un arduo trabajo y por la disposición del equipo a ser los mejores…  ¿Y el plátano?
Bueno,  el plátano es muy bueno también…  nos representa culturalmente y hemos visto gracias a la mundial, que es parte importante de lo que se llama marca país.
Esa sensación de orgullo que se presenta por un aspecto significativo, arrastra otras peculiaridades autóctonas, que juntas conforman lo que realmente somos y nos ayudan a proyectar la nación de forma integral.
Pero hay una cosa que no me gusta del papel del plátano en todo esto y es que ha sido ancestralmente un sinónimo de poca inteligencia. Me da miedo, que bajo el orgullo esté disfrazada la aceptación de esto como un hecho.
Entonces quisiera hacer ver unos puntos con referencia al tema, tratando variar esa percepción nacional y darle un giro positivo real de ayuda a nuestra proyección e imagen. (Tenemos que creerlo para poder venderlo).
Primeramente saber que aunque se coma plátanos en demasía, nuestro talento, esas destrezas necesarias para ser buenos en baseball o en cualquier deporte no se han visto afectadas por su ingestión, contrariamente, es parte importante de los valores nutricionales necesarios para practicar deportes de manera saludable (plátano power).
Segundo, hagamos conciencia de que este producto es hoy un símbolo de dominicanidad a nivel mundial. Quitémosle de una vez por todas el sello de “bruteina”.Los dominicanos somos inteligentes y extremadamente creativos, aunque comamos plátanos, no tiene nada que ver.
Busquemos un nuevo slogan que exprese con seguridad, que lo que realmente afecta tus niveles de inteligencia, es quedarte estancado, es no estudiar. ¡Uy!  Lo hice de nuevo... EDUCACIÓN,  EDUCACIÓN, EDUCACIÓN.