viernes, 29 de junio de 2012

Obsesiones Culturales I



Publicado en Acento el sabado 23 de Junio

Los dominicanos en generalidad, sobre todo los de ciertos grupos generacionales, están obsesionados con el matrimonio.

No bien hace una parejita empezar a “salir” y acaso dejarse ver juntos por algún tiempo prolongado, que algún gracioso llega con la típica pregunta ¿Cuándo se casan?  Cuestionante que en la mayoría de los casos, es dejada sin respuesta o bien es respondida con sonrisitas vergonzosas o virajes exagerados de ojos…Y debe ser por decencia que tal vez no hayan respondido con un “a usted que le importa” y aun sabiéndolo, insisten.

Tratando de entender un poco esta tendencia, se diría que la pregunta pudiera ser comprendida cuando es formulada por los padres o por algún familiar cercano que se haya encargado del desarrollo intelectual o físico de alguno de los enamorados, pero lo realmente chocante y por lo cual lo catalogo como obsesión nacional, es que generalmente, esta presión la ejercen personas que no tienen nada que ver con el futuro inmediato, ni a largo plazo de la pareja en cuestión.

No nos hagamos ilusiones de que por un simple comentario en algún medio de comunicación esta tendencia va a ser eliminada, pero antes de hacer de nuevo la pregunta, debiéramos cambiar un poco la perspectiva del asunto, ser más analíticos y hablar de las verdades que implica un matrimonio. Por qué en vez de hacer la típica pregunta no se les aconseja a nuestros amigos conocerse mejor y no acelerar el proceso de soltería, el cual es definitivamente mucho más divertido que un matrimonio establecido. Tomando en cuenta los sobresaltos románticos, las salidas, la falta de preocupación por lo económico y la libertad, que aunque a medias ya en estas situaciones, sigue siendo en estos procesos parte integral del ser.

Y no estamos en contra del matrimonio,  apoyamos a plenitud esa hermosa institución, la cual, si es trabajada de manera positiva y se le pone el empeño adecuado puede ser igualmente divertida y fructífera, es solo que está de parte de cada quien decidir sin presiones externas cuál es el momento adecuado para dar ese importante paso.

Entonces, la próxima vez que vayamos a preguntar a alguna pareja, nuestra indiscreta y favorita pregunta, por lo menos los casados, acompañémosla de un consejo que explique algún aspecto real de la vida matrimonial, por ejemplo: ¿Cuándo se casan? Porque recuerden que al casarse se firma un contrato para amarse eternamente y así mismo soportar,  de forma educada,  detritos mutuos… O algo parecido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario