lunes, 21 de noviembre de 2011

Maickel

Publicado en Bavaro News el 15 de nov. 2011

El día 6 de noviembre el venezolano Maickel Melamed de 36 años, nacido con un impedimento motor, completó el maratón de Nueva York en 15:22. Era un sueño, pero en su mente nunca fue imposible, porque como él mismo expresó en la frase que pasó a ser su lema durante dos años de entrenamiento “Nada es tan grande como para no intentarlo”.

Tuve el placer de ver de cerca a Maickel, en el maratón, mi compañera de corrida y yo lo cruzamos, todo que le veía le daba ánimos y él con el semblante lleno de paz seguía su paso. Antes de ese gran día lo vimos en un pequeño homenaje a su persona hecho por la primera dama de nuestro país en Nueva York, allí tuve el placer de saber quién era y escucharle decir unas palabras. Lo que más me impactó de su diminuto discurso fue cuando dijo “No tengo idea de qué hago aquí”.

El traza sus retos para inspirar a los demás, entiende que cada vez que alguien grita su nombre se da ánimos a sí mismo. Dentro de su humilde expresión nos indicó que sus triunfos, esos que consideramos tan enormes, son diminutos, un detalle de la vida, donde el mayor reto es estar vivo y feliz. Maickel, de alguna manera nos ayudó a terminar nuestra carrera exitosamente. El dolor de nuestros cuerpos es incomparable con el que debe sentir habiendo caminado por 15 horas consecutivas y aun así, teniendo claramente la real perspectiva de lo que sucedería dos días después y de lo admirados que estábamos con su propósito fue tan humilde, tan sencillo.

Muchos se preguntaran por qué algunos nos decidimos a correr un maratón…Yo realmente no sé con exactitud por qué lo hago. Sé que después cada carrera me siento diferente. Simbólicamente quiebro un reto, mi subconsciente se da cuenta de que soy capaz de terminar las cosas que me propongo y entiendo completamente la frase, nada es tan grande.

Gracias Maickel.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

NY, NY.

NY, NY… que experiencia.

Hace tiempo había visitado esa hermosa ciudad, pero en aquella ocasión no sentí haberme compenetrado con ella. Esta vez tampoco. Entiendo que tendría que quedarme por un mes para descubrir sus secretos y disfrutar de sus maravillas. Cuantas cosas me faltaron por hacer… Pero eso sí, las que hice las disfruté plenamente.

La razón básica para visitarle era correr en ING New York Marathon, tremendo evento… Correr por sus calles, comer muy bien, mezclarme con la gente (no necesariamente agradable) y explorar la interesante manera de ser y conducir de los taxistas (vaya!…) podría ser un buen resumen de estos ajetreados días acompañada de queridos y entrañables amigos. Mucho para tan poco tiempo.

Las pocas fotos que pude tomar las hice entre carreras y gritos que decían estábamos tarde para algo, pero las hice. Hoy me siento frente a ellas para poder quedarme boquiabierta tal y como quise hacerlo al estar allí (asombro retardado, pero merecido). También, con la inspiración sofocada por la rapidez, tomé varias fotografías en el MOMA…No podía dejar de ir!!! Faltó tiempo allí tambien, de tirarme al suelo y contemplar por horas mis obras favoritas.

Muchas veces me pregunto cómo fuera mi vida si hubiese decidido vivir en una gran ciudad (calma mente). Hoy solo les tengo el asombro para compartir.