lunes, 25 de febrero de 2013

Epidemia de Orzuelos (cuento corto)



PUBLICADO EN aCNETO.COM.DO EL 1ERO DE DICIEMBRE DEL 2012
Primero fue el doctor. 
Al mirarse al espejo notó el indiscreto bulto en su párpado inferior. El mismo, extraño y travieso, pareció, a través de los días, recorrer el borde de su ojo. Como cosa extraña, comentaba entre los amigos, ese orzuelo parecía sensibilizarse con su alma, afectándose por sus cambios de humor. Se tornaba hinchado, engrandecido, en los momentos de agitación y casi inperceptible en tiempos de paz.
El doctor se sentía invadido, aquel fenómeno parecía tener vida propia. Un día comentó que si nos quedábamos mirándole fijamente,podríamos contagiarnos con este extraño fenómeno. No le creimos.
El segundo fue Roberto. Al principio ninguno de nosotros dedujo qué sucedía. Su ojo se enrojeció desde adentro, pero no mostraba bulto alguno. Días después, el dolor de la infección creciente habitó su parpado izquierdo. Al saberse contagiado, acudió al instante a los remedios populares para la erradicación de orzuelos: Calentar un anillo mediante el roce de una tela fuerte y luego colocarlo en la zona afectada, lanzar hacia atrás una moneda de 25c y correr para no escuchar cuando haga contacto con el suelo y algunas otras cosas un poco más asquerosas.
Paro sucede, que aun habiendo ejecutado estos curiosos actos y haber tomado todas las precauciones de lugar, la noche anterior él y Julia, en un encuentro furtivo, se miraron a los ojos en silencio durante segundos estirados, queriendo decir aquello que invadía sus corazones.
Julia fue la tercera.

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