lunes, 20 de mayo de 2013

El Gusto es Raro


Tantas veces, al cruzar, gracias a nuestra aguda visión, fijamos la atenciónen alguna pareja de esas que muchos hacen llamar “disparejas”y nos tomamos la libertad de emitir opiniones al respecto. ¡Cuántos somos expertos cuestionando gustos ajenos, extrañas pasiones de vida o decisiones que toman los demás!…
Cuántas veces nos hemos preguntado, incluso preocupados y en silencio, cómo sobrevivirán a través del tiempo parejas cercanas, sobrellevando relaciones que a simple vista parecieran ser disfuncionales, conjunciones de personas ajenas entre sí, con nada en común…Y cuántas otras infinitas ocasiones, los demás nos habrán mirado a nosotros mismos y se habrán preguntado exactamente lo mismo. Nadie se libra de esta pesadilla.
Muchas veces después de tratar de descifrar este tipo de incógnitas, sin éxito alguno (obvio), suelo utilizar una frase que borra cualquier cuestionamiento que haya surgido en mi cabeza, “El Gusto es raro”.
Esta, respuesta maestra, me calla la boca y muchas veces la de los demás, apacigua pensamientos que vienen a ser a la larga pérdidas de tiempo y me recuerda que no soy quién para juzgar ni para tratar de organizar predilecciones ajenas. ¡Por eso me encanta!
El placer, palabra mágica en la vida humana, se forja desde que mostramos por primera vez nuestras pupilas a la luz. Cada quienconstruye su sentido estético a través de experiencias recolectadas a lo largo de la vida. Es este uno de los conceptos personales más increíbles y complejos que poseemos como humanos,donde de manera consciente satisfacemos a plenitud nuestras necesidades. Necesidades de cualquier tipo.
El placer espiritual, lo que te llena, puede ser tan variable, tan amplio, que parecería absurdo tratar de nombrar algún ejemplo. Nadie puede ser juez del sentido estético ajeno, nadie puede marcar directrices acerca de lo que hace fluir sentimientos positivos en cada individuo. No obstante, todo tiene límites y lo más prudente, para vivir en paz sobre la tierra, es que los objetos del placer de cada cual no afectasen de forma negativa a los demás. Pero aparte de esa “minúscula” observación (cárcel), permitamos que cada cual desarrolle su listado en paz, seguro que crecemos al hacerlo.
Recordemos, el gusto es raro.

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