martes, 6 de enero de 2015

Ya nunca te veo, solo te leo…A veces



Si, solo puedes leerme a veces… no es que no desee estar presente cada semana, extraño dejar estas palabras que son parte de mí, destellos del cuerpo intangible que existe dentro de mi cuerpo de carne, especiales para esos ojos que me buscan.

Sucede que no todos los días aparezco frente a esta pantalla iluminada, sucede que la vida te arrastra hacia el deber y el deber hace sombra en el tiempo. La vida te lleva por tantos caminos abruptos y no necesariamente encuentras un espacio de respiro en el cual decir, las cosas verdaderas que te habitan. No sé cuándo lograré organizar este pedacito de vida que me ha tocado y quizás esto es, simplemente andar con pequeños pasos por las huellas agiles que crean con las urgencias y las exigencias de los días.

Pero entre urgencia y urgencia tratar de sonreír, entre entregas, encontrar la razón de agradecer la vida que veloz se lleva los días, cantar alguna canción que suene en la radio o mirar alrededor y respirar el mundo…

Debe ser por eso que amo tanto las nubes que arropan este pedacito de tierra, ellas me hacen agradecer este remolino que me ha tocado vivir, ellas son el llamado a que nunca olvide, que entre cada problema, detrás de cada grito, al lado de tantas quejas, hay razones infinitas para que la palabra prevalezca y surja siempre agradecida.


Ya nunca te veo, solo te leo…A veces. Es cierto.

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