lunes, 20 de mayo de 2013

Soy mi Cuerpo


Publicado en acento.com.do el 16 de Feb del 2013

Como persona pensante, madre, tía, como un simple ser, entiendo que todo humano, joven o viejo, está en el total derecho de conocer su cuerpo a plenitud, su completo funcionamiento, sin excepciones. La sexualidad es parte de ser humanos.
Si desconoces tus capacidades físicas, tus ciclos, los pros y los contras de las posibles acciones en las que pudiésemos incurrir, no hay manera de que en el momento indicado se tome la mejor decisión.
Ahí, en el punto más cercano al precipicio, es cuando pasa por la mente el extenso manual de buena conducta que forjaron en tu sistema las personas que te educaron, también tus conocimientos. Y es después de decidir, cuando descubres si te faltó información, entiendes que estás perdido o notas que no sabes nada, de nada.
Eres más propenso a tomar decisiones basadas en causas meramente sentimentales o triviales cuando tus conocimientos son limitados y más sencillo tomar una buena decisión, cualquiera que fuese, basados en información confiable y científica, en estadísticas y en la certeza de conocer a fondo las reales consecuencias y la responsabilidad que conlleva una relación sexual.
A partir del conocimiento real, tomas una decisión real.
La abstinencia, método que inculcaré a mis hijos (convenientemente), no se logra sin educación, ni mediante desconocimiento o miedos. No en estos tiempos donde los niños cuestionan tus acciones sin remordimientos y tantas veces te hacen dudar si realmente eres la autoridad. Recuerdas que las mismas protestas surgían en tu mente a su edad y te quedabas callado para no recibir un galletón… Las cosas han cambiado.
Cada ser humano es dueño de su vida, de su cuerpo, y llega la edad (indefinida) donde es también dueño de sus decisiones, sin que tenga que influir necesariamente la crianza o el credo recibido. Existe una línea que todos cruzamos, momento en donde necesitamos actuar por nosotros mismos, cuando dices, “esta es la decisión que quiero tomar”.
Espero, que cuando ese día se presente en la vida de aquellos niños y adolescentes estimadísimos que conozco, les llegue abundante de real conocimiento y sean capaces de tomar la mejor decisión, la cual, lamentable o positivamente, no siempre será la que otro entienda como buena.

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