Edición del 17 al 23 de mayo.
Aunque cada cuatro años mayo es el mes de las elecciones, es siempre, en cada año, el mes de las madres. Y como mi sección es quincenal, haré mi fiesta en esta ocasión.
Ser madre
ha sido uno de los trabajos más duros que he realizado en la vida… No por eso
soy una heroína, porque es fuerte, sí, pero a la vez hermoso y pleno. Misión infinita que conlleva
tantas situaciones encontradas, tanta derrota de tu alma, tanto volver a
intentarlo y al mismo tiempo tanto orgullo, tanta importancia al ser, a veces
sin saberlo, la luz eterna que ilumina un ser humano en formación.
Solía decir
cuando tuve a mi primera hija, que ser madre se asemeja al fuerte sentimiento
de estar enamorado y aun lo mantengo. Siendo madre he encontrado el verdadero
significado de la palabra amor. El amor que se describe en la biblia.
Soy feliz
siendo madre, aunque sea un camino lleno montañas. También soy feliz descubriendo
y siendo consciente de que tuve un ejemplo digno a seguir. Ojalá algún
día mis hijos puedan sentir como yo y sepan descubrir en su interior mi aporte
para que fueran mejores seres humanos.
Hace tiempo
escuché un poema del escritor español Ángel Gonzalez, y al hacerlo sentí con fuerza mi posición
de hija, así mismo en el valor de ser madre.
Aquí lo comparto con ustedes, como un regalo de felicitación para todas las madres (En especial a la mía).
Aquí lo comparto con ustedes, como un regalo de felicitación para todas las madres (En especial a la mía).
Muerte en
el olvido
Yo sé que
existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
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