Publicado en Bavaro News el 15 de nov. 2011
El día 6 de noviembre el venezolano Maickel Melamed de 36 años, nacido con un impedimento motor, completó el maratón de Nueva York en 15:22. Era un sueño, pero en su mente nunca fue imposible, porque como él mismo expresó en la frase que pasó a ser su lema durante dos años de entrenamiento “Nada es tan grande como para no intentarlo”.
Tuve el placer de ver de cerca a Maickel, en el maratón, mi compañera de corrida y yo lo cruzamos, todo que le veía le daba ánimos y él con el semblante lleno de paz seguía su paso. Antes de ese gran día lo vimos en un pequeño homenaje a su persona hecho por la primera dama de nuestro país en Nueva York, allí tuve el placer de saber quién era y escucharle decir unas palabras. Lo que más me impactó de su diminuto discurso fue cuando dijo “No tengo idea de qué hago aquí”.
El traza sus retos para inspirar a los demás, entiende que cada vez que alguien grita su nombre se da ánimos a sí mismo. Dentro de su humilde expresión nos indicó que sus triunfos, esos que consideramos tan enormes, son diminutos, un detalle de la vida, donde el mayor reto es estar vivo y feliz. Maickel, de alguna manera nos ayudó a terminar nuestra carrera exitosamente. El dolor de nuestros cuerpos es incomparable con el que debe sentir habiendo caminado por 15 horas consecutivas y aun así, teniendo claramente la real perspectiva de lo que sucedería dos días después y de lo admirados que estábamos con su propósito fue tan humilde, tan sencillo.
Muchos se preguntaran por qué algunos nos decidimos a correr un maratón…Yo realmente no sé con exactitud por qué lo hago. Sé que después cada carrera me siento diferente. Simbólicamente quiebro un reto, mi subconsciente se da cuenta de que soy capaz de terminar las cosas que me propongo y entiendo completamente la frase, nada es tan grande.
Gracias Maickel.
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