Mis amigos llamados favoritos no lo son por haber sido los más queridos. Realmente todo el que se haya sentido alguna vez mi amigo o haya sido aceptado en un rinconcito de mi corazón, puede tener la certeza de haber sido amado, pero no necesariamente haber pertenecido al grupo de predilectos.
Los amigos llamados favoritos lo han sido en la medida que ellos mismo han sido especiales, no hacia mi persona, si no que sin haberse dado cuenta, siendo puramente auténticos, aportaron a mi vida y al mundo un poco de esa magia única, de el elixir de vida.
De mis amigos favoritos unos lo son más que otros, pero a todos los he observado con orgullo, porque a todos los siento muy míos. Veo sus pasiones y trato de vivirlas, siento con orgullo sus éxitos y me duelen tanto sus desazones. Aprecio y valoro su gran cariño, la bondad de haber abierto su mundo para dejarme conocerlo como regalándome un pase para la diversión y crecimiento de mi mente, de mi espíritu. Ha sido para mí tan grata experiencia haberles conocido que no hay manera de agradecerles el estar ahí presentes aunque sea en los recuerdos.
Si los tomo uno por uno, ninguno se parece al otro, pero sé que todos tienen algo en común. Y es lo que más admiro de todos ellos: la facilidad que tienen de ser únicos, todos en diferentes aspectos y esa diversidad ha sabido llenar mi vida de colores. Algunos llenan el mundo con su arte, aportan al mundo y al país cultura ilimitada con sus palabras y con sus obras, otros aportan fortaleza a quienes comparten sus vidas. Hay otros, una hermosa categoría, que sólo saben hacer el bien, se dedican a ayudar a los demás, esto es lo único que de verdad les llena, buscan lo bueno donde nadie más lo puede ver y eso es admirable. Otros, mis verdaderos favoritos, traen a la vida cotidiana esa visión creativa de lo que sería para el humano común un día cualquiera. Son capaces de convertir la rutina en magia, en chistes, en historias increíbles y esos son los mejores, esos son los valientes, los que encuentran la hermosura en el día que se repite constantemente, los que nos recuerdan que tenemos dentro la capacidad de sorprendernos como niños ante las cosas más simples. Esos no deberían ser mis favoritos, deberían ser los favoritos de todos.
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