Publicado de Bavaro News el 9 de agosto del 2012
Yo que creía
que los 15 estaban “Out”… Pero deben ser cosas de viejas, el pensar que ya no
están de moda esos eventos de tradición obsoleta, en donde se ensalzaba la
transición de niña a mujer y se presentaba a la niña en sociedad, queriendo
demostrar al público que ya estaba apta para el matrimonio.
Me parece
significativamente absurdo que un padre o madre quiera ofrecer a su hija en
medio de la escolaridad. Es obvio que esas costumbres han quedado enterradas en
el olvido, sencillamente, esto no se toma en cuenta en estos días (que uno
sepa).
Existían aspectos
de peso en otras épocas, que hacían de esta fiesta algo especial. Antes, no te
dejaban afeitar las piernas hasta los 15, o depilarse las cejas, ni el bigote,
no podías maquillarte o usar zapatos de tacón alto e infinidad de prohibiciones
más modificadas según la rectitud de cada familia. Entonces se creaban expectativas
alrededor de esa edad mágica, de esa “importante fecha” donde dejabas atrás
esas cosas que te avergonzaban y empezabas una vida de señorita. Ya no, y no
hay necesidad. La toma de estas decisiones no tiene que ver con la edad, hoy en día estas cosas no son tema de
conversación importante, teniendo tantos aspectos delicados por los cuales
velar.
Los 15 debieran
ser un cumpleaños cualquiera, donde el hecho que se celebre (porque es justo
celebrar) sea un año más de vida y no otra cosa fuera de contexto. O bien,
busquemos un nuevo significado, o dejémoslo para los 18, cuando se sale del colegio, donde hay
una verdadera transición emocional y de responsabilidad.
Analicémoslo
desde el punto de vista económico…
En estas
épocas de crisis mundial, donde darse el lujo de invertir el dinero en cosas
pasajeras y vacías queda reservado para unos pocos, muy escasos, no parece nada
justo celebrar unos quince como si fueran una boda. Qué sentido tiene, qué enseñanza
damos a nuestros hijos, cuando bien pudiéramos gastar en cosas más positivas,
que repercutan en el intelecto o la sensibilidad del festejado.
Ojo, que
cada cual hace con sus “cuartos” lo que le parezca, que bien se sabe que hay
personas que ahorran toda la vida para celebrarlos y eso ya es decisión de cada
quien, pero a veces, si no se piensan bien las cosas y nos dejamos llevar de
majaderías de muchachos, si no se actúa de manera conservadora e inteligente, sobresalimos
en estos temas superfluos, llegamos a aparentar que caminamos en contra de
nuestras verdaderas misiones y compromisos con la sociedad. Nos convertimos en
voceros del desapego y el derroche. (Ayayay!)