En estos quince días pasados mi mente se mantuvo en constante búsqueda. Aunque en un principio fue una iniciativa fallida no puedo negar que esta última semana ha venido cargada con una avalanchas noticias increíbles, capaces de despertar a cualquier ser humano. Dentro de ellas, la que más me ha preocupado ha sido la “Situación de Alarma” que ha declarado Salud Pública debido al Cólera…
El primer caso de cólera en el país se detectó el día 9 de noviembre del 2010. Para el mes de marzo del 2011 había en el país 334 casos de cólera reportados por salud pública e informes que contaban que cada semana se encontraban menos casos, por lo que la situación parecía estar bajo control. De repente, se declara la ciudad en situación riesgosa, los médicos denuncian que se han escondido casos y hasta muertes…
Era obvio, no hay que ser muy pensante para deducirlo. Alejémonos de los temas de inmigración masiva e ilegal, ya que es siempre una conversación con dos caras feas. Empecemos porque estaba clarísimo que no sería tan fácil controlar el Cólera en momento de llegar a los barrios carentes de servicios básicos tales como agua potable, alcantarillado pluvial y recogida de aguas negras. Cuando apareciera en los miles de asentamientos espontáneos que por tener tanto tiempo de existencia tienen ya nombre y hasta puedes mandar una carta con la suerte de que llegue. Era obvio también que si la epidemia parecía estar bajo control, las autoridades olvidaran un poco las campañas de concientización.
Pero en todo esto hay algo que es aún más doloroso: Es obvio que ese muchacho que se despierta a las 5:00 A.M., que tiene que poner sobre sus zapatos fundas plásticas para no mojarlos con la inmundicia de las supuestas calles de tierra húmeda, cruzar alguna cañada para salir de su caserío para poder trabajar o estudiar está más que jodido… Por más que se lave las manos.
Niño dominicano que vives en los barrios, me compadezco de ti, sobre todo hoy cuando vivimos estos tiempos.